Todos somos recuerdo

De cómo un proceso y un aroma evocaron momentos.

Del archivo. 21 de abril 2020

Hoy me ocurrió algo curioso y muy agradable. Estaba en mi taller, pleno mediodía, limpiando con agua-canasol dos esculturas de madera policromada, para devoción doméstica, en específico, una Sagrada Familia articulada. Empecé entonces a percibir que la mezcla en contacto con la policromía despedía un olor particular. Me acerqué, hasta casi topar la nariz con la superficie.

Fue entonces que me transporté a otros días, otro clima, otro sitio, que yo ya viví. Y fue un cúmulo de sentimientos, todos juntos, de golpe. Fue mucho, incluso puedo decir que demasiado: mucha alegría, pero tristeza profunda también, y hasta enojo.

Me da gusto hoy estar aquí. Haber recorrido tanto, vivido tanto. Me llené, me vacié, y ahora me vuelvo a llenar.

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